Alarmante aviso de perdida territorial de espacios habitados por abejas. A parte de usarlos para diferentes aplicaciones. Hay países que tienen que polinizar sus cultivos a mano. La desaparición de estas especie en nuestra sociedad podría cambiar radicalmente nuestra forma de vida.
Algo extraño está sucediendo con las abejas, su población se está reduciendo en todo el planeta, pero lo más preocupante es que se desconocen las razones.
Hace 80 millones de años que las abejas pueblan la Tierra. Las primeras muestras de la estrecha relación entre el hombre y estos insectos las encontramos en las pinturas rupestres donde se aprecian hombres recolectando miel.
Las abejas son las principales polinizadoras de la naturaleza y aunque pueda sorprender nuestra existencia depende de ellas en gran medida. Ya el propio Einsteinsentenció en su día que:
“Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían 4 años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres.“
Aunque las causas no están del todo confirmadas, las principales hipótesis sobre la extinción de las abejas, giran en torno a la utilización de ciertos pesticidas que provocan malformaciones, trastornos del sistema nervioso y desorientación. Se han encontrado casos de abejas con signos de mala salud, desorientadas e incapaces de encontrar su colmena, otras son expulsadas del enjambre porque sus compañeras no las reconocen.
Las semillas que se han de plantar de girasol, soja, etc., son rociadas con insecticidas que son neurotóxicos, es decir que afectan al sistema nervioso, para protegerlas de sus diversos depredadores. Según estudios del INRA, se ha observado que las moléculas tóxicas de estos pesticidas, continúan en la planta durante su crecimiento, e incluso su floración. El néctar de las flores que sirven de alimento a las abejas también contiene residuos químicos con efectos destructivos para las abejas.
En varios lugares del planeta la introducción de nuevas especies también ha provocado que se trasladen patologías, por ejemplo, en el Estado de Karnataka, al sur de la India, un virus importado llegó a destruir hasta el 90 % de las colonias de abejas indígenas a principios de la década de los 90.
El Colony Collapse Disorder CCD (Síndrome del colapso de la colmena) es un problema que trae de cabeza a miles de apicultores de todo el mundo. Las abejas abandonan la colmena y desaparecen sin dejar rastro, ni siquiera se encuentran los cuerpos sin vida por nigún lado. En EEUU este síndrome ha provocado la desaparición de una cuarta parte de todas las colonias del país.
Al parecer pueden ser varios los factores que están actuando conjuntamenteprovocando la desaparición de las abejas.
Las emisiones electromagnéticas pueden estar alterando las nanoparticulas de magnetita presentes en el abdomen de las abejas. Esto también puede estar interactuando con un hongo utilizado para la lucha biológica y con ciertos pesticidas del grupo de losneonicotinoides. Hongos de la familia de los Nosema han sido encontrados en varios enjambres. Estos hongos son utilizados para luchar contra las plagas de langostas o de polillas. También se han encontrado trazas de imidaclopride, un principio activo de varios pesticidas distribuidos por la empresa Bayer bajo los nombres de Gaucho, Merit, Admire, Confidore, Hachikusan, Premise, Advantage.
En la última década las abejas comenzaron a morir en masa por dos factores principales: el uso de pesticidas neonicotinoides, así como la emisión de ondas electromagné-ticas de antenas celulares.
- El genio lo sabía
“Cuando las abejas se extingan, también lo hará el hombre”.
Albert Einstein
Y es que estos simpáticos insectos no sólo son responsables deproducir la miel de nuestros alimentos, sino que también son indispensables para la polinización de la mayoría de las especies vegetales de las cuales depende la raza humana. Una sola colmena puede polinizar 250 millones de flores.
- Afectaciones directas
Entre los cultivos que más se han visto afectados por la ruptura de la cadena vital entre la abeja y los vegetales están las manzanas, cerezas y almendras. Su producción disminuye a la par que los transmisores de polen desaparecen y sólo dejan el trabajo al aire.
- Los expertos
“Estamos comenzando casi desde cero en un tema que nunca antes se había tomado en serio”.
dijo Petter Neumann, científico del centro de investigación Swiss Bee.
Neumann afirma que realmente se sabe poco acerca de las abejas, en comparación con lo descubierto sobre las enfermedades de las vacas, sin embargo sabemos que los pesticidas ocasionan que estos insectos, pilares de la cadena alimenticia, no regresen a la colmena.
- Sabías que...
* Si las abejas desaparecen, también lo haría 60% de las frutas y verduras que hoy consumes.
* De las 100 especies de cultivos que abastecen 90% de los alimentos del mundo, las abejas polinizan más del 70%.
- Déficit mundial de abejas
Europa: -70%
Asia: -80%
América: -95%
África: -60%
La cantidad de abejas en Europa es demasiado pequeña, advierten los expertos. Si hubiera más, la producción de combustibles biológicos podría intensificarse considerablemente sin necesidad de pesticidas ni fertilizantes.
Muchos agricultores, ambientalistas y científicos lamentan la desaparición progresiva de las abejas y el riesgo que eso implica para el proceso de polinización y la producción de frutas y verduras. Mientras tanto, la expansión de la apicultura en todo el mundo ha propiciado la multiplicación de las abejas de la miel en los últimos diez años. ¿Una paradoja? Para nada, asegura Peter Rosenkranz, de la Universidad de Hohenheim. “El 95 por ciento de las poblaciones de abejas están en manos de apicultores”, dice el biólogo en entrevista con DW.
Pero, aunque los apicultores deciden cuántas abejas revolotean en qué praderas, estos registran grandes pérdidas cada año. Sus abejas se ven debilitadas por el uso de químicos en los campos y por la varroa, un parásito que ataca tanto a las abejas de la miel adultas como a las jóvenes y a las larvas. A finales de otoño y en invierno desaparecen numerosas colonias –en algunos años hasta el 30 por ciento de ellas– que luego deben ser sustituidas por los apicultores. Más dramática es la suerte que están corriendo las abejas silvestres.
Las abejas son animales laboriosos; se pasan el día fecundando plantas mientras recolectan polen para sus colmenas. Así, el apicultor obtiene miel y el agricultor obtiene cosechas valiosas. Es una situación ganar-ganar, explica Rosenkranz. Pero, ¿por qué darse por satisfecho con las ganancias actuales cuando existen posibilidades de aumentar el rendimiento de las tierras sin recurrir ni a los pesticidas ni a los fertilizantes que debilitan a las abejas e inciden negativamente sobre el medio ambiente?